Rociado espacial
El rociado espacial consiste en la aplicación de una gran cantidad de pequeñas gotitas de insecticida distribuidas a través de un volumen de aire durante un determinado período de tiempo. Una dosis letal de insecticida ataca a los insectos al entrar en contacto con ellos. Existen dos métodos tradicionales de rociado espacial:
- Nebulización térmica: una nube densa de gotitas de insecticida con apariencia de niebla espesa
- Volumen ultra bajo (ULV, por sus siglas en inglés): las gotitas son producidas por una máquina generadora de aerosol en frío, de acción mecánica.
El rociado espacial es una manera muy eficaz de reducir rápidamente la población de insectos voladores dentro de una determinada zona. Para que sea eficaz, el método debe repetirse a intervalos de 5 a 7 días, ya que no se trata de un insecticida de acción residual. Esta técnica puede ser particularmente eficaz cuando se requiere una reducción rápida de la cantidad de mosquitos (por ejemplo, durante una epidemia). Por ende, se trata de una estrategia que ayuda considerablemente a controlar los mosquitos que transmiten el dengue y el virus del Zika en zonas urbanas.
La eficacia del rociado espacial reside en lograr un óptimo tamaño de las gotitas. Cuando el tamaño de estas es óptimo, los insectos objetivo se ven afectados al volar a través de la pulverización o al encontrarse en reposo sobre las superficies expuestas al insecticida. Es necesario optimizar el tamaño de las gotitas para que, al rociarlas, estas queden en el aire y para que además contengan la dosis correcta de insecticida. Para la aplicación del rociado espacial, el tamaño óptimo de las gotitas es un diámetro volumétrico medio (DVM) de 10–25 micrones.
Las gotitas excesivamente grandes o demasiado pequeñas son ineficaces. Si son excesivamente grandes, caen al suelo demasiado rápidamente y limitan la zona de aplicación. Además, si una gota grande impacta en un insecto individual, este puede recibir una dosis letal innecesariamente alta. Por otro lado, si las gotitas son demasiado pequeñas, es posible que no se depositen sobre el insecto objetivo (ausencia de impacto) debido a la aerodinámica, o bien pueden ser arrastradas hacia arriba en la atmósfera por las corrientes de convección.
Envu fue el primero en desarrollar una tecnología antievaporante con la introducción de la innovadora tecnología FFAST (tecnología de rociado acuoso formador de película). Con ella, ya no hace falta el uso de solventes de hidrocarburos para las aplicaciones de rociado espacial. Las formulaciones FFAST son principalmente de base acuosa: se diluyen con agua para lograr una óptima eficacia. Estas formulaciones han demostrado su efectividad en varias situaciones alrededor del mundo. Esta tecnología está disponible en Aqua K-Othrine y en Aqua Reslin Super.